Auxiliar de Lenguas

Reflexiones sobre aprendizaje de lenguas extranjeras desde una perspectiva personal

Es lógico que cuando decidimos abrirnos una cuenta en una red social queramos conectar con personas afines a nuestros intereses. Entre los temas que sigo yo misma desde hace años está todo lo relacionado con las lenguas: sigo a divulgadores, investigadores, profesores, traductores y entusiastas de los idiomas en general. Obviamente mis intereses no se resumen únicamente a las lenguas pero en esta entrada me centraré solo en esta temática.

 

Durante estos años que llevo consumiendo contenidos relacionados con el aprendizaje y la enseñanza de lenguas mediante las redes sociales, he podido notar que hay una división entre los usuarios que acceden a ellos. Veo, en concreto, dos grupos de personas: uno que habla sobre aprendizaje de lenguas de forma más académica y científica, y otro que es más dado a compartir sus propias experiencias con el aprendizaje de lenguas desde un punto de vista más aficionado.

 

En el primer grupo englobo a los profesionales de las ciencias que estudian las lenguas (la lingüística), la enseñanza o la traducción. Son personas con un nivel muy alto de conocimiento acerca de las lenguas porque dedican gran parte de su vida a investigar y trabajar para conocerlas. La mayoría de estas personas suelen buscar conectar con otros compañeros a través de las redes y compartir conocimientos a niveles más complejos, propios de alguien que se dedica a ello, y que pueden resultar inaccesibles para alguien que no esté en el gremio.

 

Por otro lado, está el otro grupo: los entusiastas de las lenguas y de su estudio,  que se autodenominan «políglotas». Les encanta todo lo que tiene que ver con los idiomas, pero para ellos suele ser solo una afición. En redes sociales, suelen buscar conectar con compañeros de estudio para compartir ideas, recursos y experiencias que les ayuden a mejorar. Estas personas hablan sobre lenguas con un lenguaje más llano, sin apenas referencias a artículos o estudios científicos, tan solo a lo que a ellos les ha funcionado.

 

Quizá estés pensando: Estefanía, es algo lógico y normal. Siempre habrá quienes tomen algo como una afición y otros que lo hagan su profesión. Pero quiero añadir que me parece que esta división es mucho más acusada en cuanto a personas que hablan sobre aprendizaje de lenguas. Salvo casos excepcionales, aquellos que pertenecen a estos grupos no suelen mezclarse, interactuar o compartir experiencias entre ellos, al contrario que lo que ocurre en otros sectores, en los que profesionales y aficionados suelen tener más contacto. Al menos, así lo percibo yo.

 

Las lenguas y su aprendizaje siempre han suscitado interés, pero también han estado rodeadas por un halo de misterio. No hay muchas personas que sepan cómo funciona el proceso de aprendizaje y mucho menos cómo conseguir aprender de forma satisfactoria cuando se es adulto pero, aun así, necesitan hacerlo porque lo requieren por trabajo o estudios, por ejemplo. Ante la abrumadora cantidad de información y los consejos (a veces, contradictorios) que reciben por parte de los dos grupos que he mencionado antes, es posible que esa gente que no conoce tan bien las lenguas pueda llegar a entrar en confusión.

 

Porque sí, quienes pertenecen a uno de estos dos grupos saben cómo aprender una lengua y lo hacen cada cual a su manera. Pero… ¿y las personas que no están interesadas activamente en ello, sino que simplemente lo necesitan? Hay quien solo busca una forma que les «garantice aprender» y punto, alguien o algo que les pueda transmitir cómo pueden conseguir sus objetivos. Y se encuentran estas dos vertientes que, aunque acaben defendiendo cosas muy similares, parece que pertenecen a dos mundos completamente opuestos y a veces incluso ofrecen información contradictoria. ¿Quién tiene la razón? ¿Quiénes saben realmente cómo aprender de forma efectiva: quienes han dedicado toda su vida a investigar sobre ellas o quienes han aprendido muchas?

 

Quiero pensar que la meta de ambos grupos es comunicar a los demás cómo funciona el mundo del aprendizaje y la enseñanza de lenguas extranjeras para que otras personas puedan comprenderlo y disfrutarlo también. Aquellos que se han dedicado a analizar cómo funciona la adquisición y el aprendizaje de lenguas saben darnos consejos para que nuestro aprendizaje sea lo más efectivo y exitoso basándose en la ciencia y el empirismo. Los políglotas o entusiastas de las lenguas han estudiado una gran variedad de lenguas y son grandes conocedores de todo tipo de técnicas prácticas para ayudarnos en nuestro estudio.

 

Por eso creo que sería un acierto que ambos grupos uniesen fuerzas con el objetivo de divulgar y ayudar a entender mejor el aprendizaje de lenguas para que otras personas, quizá en principio no tan interesadas y más ajenas al tema, puedan conocer mejor el proceso e incluso tomarlo como algo que pueda enriquecer sus vidas. Así quizá podamos conseguir que las lenguas y su aprendizaje dejen de presentar esa barrera enigmática para los demás, y que poco a poco ya está consiguiendo internet. Que pierdan ese halo de misterio no significa necesariamente que dejen de ser bellas, sino todo lo contrario: cuanto más accesible y claro sea el proceso de aprendizaje de lenguas extranjeras, más fácilmente será que los demás consigan sus objetivos y creen un vínculo más fuerte con ellas.

 

Ese es mi objetivo al fin y al cabo: que las personas no solo sepan cómo aprender una lengua extranjera, sino que también puedan llegar a enamorarse de ella.