Auxiliar de Lenguas

Por qué los idiomas se te dan mal y cómo solucionarlo

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Es triste ver cómo hay tanta gente que asume que no se le dan bien las lenguas extranjeras y que, por más que se esfuerce, nunca conseguirá aprenderlas o hablarlas con una facilidad similar a aquella con la que maneja su lengua materna. Esta es una creencia limitante que suele tener su origen en experiencias negativas vividas en el pasado, como por ejemplo un mal recuerdo  relacionado con el país de la lengua en cuestión o haber pasado por un método de enseñanza inadecuadoTampoco ayuda que se haya creado un estigma alrededor del aprendizaje de lenguas: se ridiculiza a quienes usan expresiones características de la lengua o a quienes intentan pronunciar de una forma similar a la nativa.

Además de posibles malas experiencias, también hay que decir que la mayoría de las personas desconocen cómo funciona el aprendizaje, y cómo estudiar una lengua extranjera. Este desconocimiento ha sido aprovechado por algunos negocios dedicados a la educación y la enseñanza de idiomas para perpetuar sus beneficios y conseguir el máximo beneficio económico, de una forma similar a la que lo hace la industra del fitness. Al igual que hay personas que año tras año fracasan en su empeño de ponerse en forma, también hay quien lleva años y años intentando conseguir un cierto nivel de inglés o de otra lengua.

 

A pesar de todas estas creencias limitantes, si en tu caso verdaderamente crees que has tenido demasiadas malas experiencias con los idiomas e incluso sientes que se han aprovechado de que no sabes cómo funcionan, me gustaría dejarte algo muy claro:

 

Los idiomas no se nos dan mal, solo que lo creemos así porque han calado mensajes en nosotros como que nunca conseguiríamos hablar bien por diversos motivos como haber nacido en otro país o no empezar desde pequeños. Es más, en vez de enseñarnos cómo funcionan y cómo se aprenden para que nosotros mismos pudiésemos decidir cómo, cuándo y a través de qué profesores o materiales aprender una lengua, directamente nos han tratado de forma paternalista consolándonos diciendo que los hispanos teníamos muy mala suerte con los idiomas y que eran muy difíciles de aprender.

 

Para empezar: cualquier persona tiene talento para aprender una lengua extranjera, precisamente porque el cerebro humano está preparado para adqurir el lenguaje y para continuar aprendiendo durante toda su vida, a pesar de que algunos objeten que aprender siendo adulto es más difícil que cuando se es pequeño. Es más, un adulto puede aprender una lengua en menos tiempo que un niño y me atrevería a decir que también de forma más efectiva (contando que pone de su parte, por supuesto).

 

Por otro lado, si no sabemos cómo funciona el aprendizaje siempre dependeremos de que otra persona nos diga cómo se hace. También el hecho de no saber cómo funciona nos hará vulnerables a sentirnos frustrados porque encontramos opiniones contrarias de personas diferentes, como que la gramática no es importante, que solo se debe aprender de un nativo o que a partir de cierta edad ya no se puede hablar con fluidez un idioma. Todo esto son medias verdades que por algún motivo han calado casi como dogmas de fe en la sociedad.

 

En mi opinión el cómo hacer que un idioma pase de algo que se nos da mal a algo que se nos da bien pasa por tres vías:

 

La primera es la de intentar quitarnos todos esos pensamientos negativos que tenemos acerca de las lenguas extranjeras fruto de malas experiencias pasadas, algo de lo que ya hablé aquí en profundidad pero que se resume a intentar hacer que las experiencias positivas relacionadas con ese idioma sean más recientes, más numerosas e incluso más inolvidables que las negativas.

 

La segunda pasa por aproximarse a las lenguas de una forma diferente a la que hemos estado haciendo siempre, empezando por formarse un mínimo sobre cómo funcionan realmente el aprendizaje y las lenguas a través de personas no ya que sepan la lengua en cuestión, sino que conozcan su funcionamiento. En la actualidad, las únicas personas que divulgan sobre aprendizaje y lenguas son los lingüistas y algunos políglotas (mejor los primeros que los segundos, en mi opinión).

 

En tercer lugar, y algo muy relacionado con el punto anterior: es vital crear un hábito de estudio y exposición al idioma que se quiere aprender porque, al igual que con cualquier proceso de cambio físico o mental, el aprendizaje de una lengua extranjera es algo que lleva tiempo perfeccionar. Por supuesto que aquí influyen también el talento y la genética, pero si realmente se tiene un objetivo acorde con uno mismo y sus necesidades y un buen plan que seguir es posible conseguir prácticamente cualquier cosa si se trabaja.

 

Siguiendo estos pasos se puede incluso conseguir algo que puede parecer imposible y es llegar a disfrutar del proceso de aprendizaje en sí, que va incluso más allá de que una lengua se nos empiece a dar bien. Sé que es difícil que algo que de primeras nos hace sentirnos mal y que no sabemos muy bien cómo funciona llegue a gustarnos algún día, pero con paciencia, dedicación y alguien o algo que nos enseñe cómo conseguir entenderlo, podemos llegar a percibir un idioma como algo que nos gusta y que decidimos que forme parte de nuestra vida, al igual que hicimos con el castellano en su día. Una lengua está ahí para ayudar en la comunicación, para conseguir que nos sintamos más cómodos viajando, trabajando, para que podamos acceder a contenidos que nos interesen y no como un obstáculo imposible que hay que eliminar por todos los medios. Creo que ya es hora de que empecemos a deshacernos de esa idea que nos han inculcado.

 

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